¿Matemática y poesía?

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«¿INFIERNO O PARAÍSO?» del francés Víctor Hugo

Yo era entonces presa de las Matemáticas.
¡Tiempo oscuro! niño conmovido por el escalofrío poético
se me entregaba vivo a las cifras, negros verdugos,
se me obligaba a la fuerza a engullir el álgebra
se me retorcía desde las alas hasta el pico
en el horroroso potro de tortura de las x y las y;
desgraciadamente, me atiborraban bajo los huesos maxilares
del teorema adornado con todos sus corolarios,
Sin embargo…, se puede ser poeta y matemático.

Ustedes podrían pensar lo desatinado de la propuesta; pero sepan que ambas disciplinas no difieren mucho en sus contenidos y supuestos teóricos. Vean la relación existente entre la Ciencia de las Matemática y la Poesía.

«NÚMEROS COMPARADOS» de la española Gloria Fuertes

Cuéntame un cuento de números, háblame del dos y el tres
-del ocho que es al revés igual que yo del derecho-.
Cuéntame tú qué te han hecho el nueve, el cinco y el cuatro
para que los quieras tanto; anda pronto, cuéntame.
Dime ese tres que parece los senos de cualquier foca;
dime ¿de quién se enamora ese tonto que es el tres?
Ese pato que es el dos, está navegando siempre;
pero a mi me gusta el siete, porque es un roto en la vida,
y como estoy descosida, le digo a lo triste: Vete.
Cuéntame el cuento y muy lenta, que aunque aborrezco el guarismo,
espero gozar lo mismo si eres tú quien me lo cuenta.

Desde tiempos inmemorables la ciencia exacta de las Matemáticas y el arte de escribir versos, la Poesía, han acompañado al hombre en su eterna búsqueda de la verdad. Por un lado, la Poesía utiliza un lenguaje propio para mostrar la belleza del universo condicionado a su entorno. La Matemática, por su parte, se ocupa racionalmente de lo consciente para así verificar sus rigurosos cálculos.

«A LA DIVINA PROPORCIÓN» del español Rafael Alberti

A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.
A ti, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura.
Misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.
A ti, mar de los sueños angulares,
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.
Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera transparente a ti,
divina proporción de oro.

Existen diversos autores que han dedicado su trabajo ha investigar la conexión existente entre la Matemática y la poesía. Ejemplo de esto, lo encontraremos en el libro: “Poesía y matemáticas, ¿enemigas en un mismo vecindario o un jardín de senderos?» de la firma del colombiano Humberto Jarrín Ballesteros; él refiere lo siguiente:

“Una, es Arte y la otra Ciencia. La una recurre al ejercicio de la ficción y de la fantasía, y la otra hace el mejor buen uso del pensamiento formal y lógico. La una es loca, la otra es cuerda. Mientras la una sueña y canta por todo, la otra se encarga, muy despierta, de llevar la cuenta correcta de todo. La una —para llevarles la corriente a los poetas románticos—, tiene su residencia en el corazón, la otra en el cerebro (…)”.

«EL NÚMERO PI» de Wislawa Szymborska, escritora polaca

El número Pi es digno de admiración tres coma uno cuatro uno
todas sus cifras siguientes también son iniciales cinco nueve dos,
porque nunca se termina.
No permite abarcarlo con la mirada seis cinco tres
cinco con un cálculo ocho nueve con la imaginación siete nueve
o en broma tres dos tres, es decir,
por comparación cuatro seis con cualquier
otra cosa dos seis cuatro tres en el mundo.
La más larga serpiente después de varios metros se interrumpe,
Igualmente, aunque un poco más tarde, hacen las serpientes fabulosas.

El cortejo de cifras que forman el número Pi
no se detiene en el margen de un folio,
es capaz de prolongarse por la mesa, a través del aire,
a través del muro, de una hoja, del nido de un pájaro,
de las nubes, directamente al cielo
a través de la total hinchazón e inmensidad del cielo.
¡Oh qué corta es la cola del cometa, como la de un ratón!
¡Qué frágil el rayo de la estrella
que se encorva en cualquier espacio!
Pero aquí dos tres quince trescientos noventa
mi número de teléfono la talla de tu camisa
año mil novecientos setenta y tres
sexto piso número de habitantes sesenta y cinco décimos
la medida de la cadera dos dedos la charada y el código
en la que mi ruiseñor vuela y canta
y pide un comportamiento tranquilo
también transcurren la tierra
y el cielo pero no el número Pi, éste no,
él es todavía un buen cinco no es un ocho cualquiera
ni el último siete metiendo prisa,
oh, metiendo prisa a la perezosa
eternidad para la permanencia.

Retomando el tema de la relación existente entre las matemáticas y la poesía. Le diré, que ambas indagan en aspectos de la realidad relacionados con: el principio, el fin, la vida, la muerte y las parejas. Del mismo modo, ambas investigan la aproximación al infinito, a todo cuanto nos rodea. También reflexionan sobre las paradojas del cosmos enfocándose en los detalles más cautivadores. Matemática y Poesía con sus saberes y reflexiones avizoran lo racional y lo imaginario, trascienden a todo el planeta alcanzando a cada ser humano que lo habita.

«MULTIPLICACIÓN» de Gabriel Celaya

Uno por uno es el hombre
cualquiera como Dios manda
y ese salvar las distancias
que -mala cuenta- se cantan.
Dos por uno es la evidencia
que en un dos por tres tendrás.
Dos por cuatro, buen compás.
Dos por cinco,
la sorpresa del diez redondo y total.
¡Qué divino es, por humano,
el sistema decimal!
Cero por cero es la luz,
Cero por uno, el problema
(Pues con él yo creo el tú).
Cero por dos, el amor.
También cero, más en ¡oh!
(¡Oh!, que es un eco en yo).
Cero por tres… ¡Atención!
Debe haber algún error,
Pues cuanto más multiplico
Más repito: yo, yo, yo.

La ciencia exacta de la Matemática y el arte de la Poesía, poseen una metodología que les permite desarrollar su propio lenguaje teórico. Una y otra comparten la noción de periodicidad en el ritmo y en la rima. Asimismo, tienen la tarea de analizar lo imperecedero y van tras la búsqueda de la verdad, ya sean personales o universales; junto a una constante exaltación a la belleza.

«ODA A LOS NÚMEROS» del chileno Pablo Neruda

¡Qué sed de saber cuánto!
¡Qué hambre de saber
cuántas estrellas tiene el cielo!
Nos pasamos la infancia
contando piedras, plantas,
dedos, arenas, dientes;
la juventud contando pétalos, cabelleras.
Contamos los colores,
los años, las vidas y los besos,
en el campo
los bueyes, en el mar
las olas.
Los navíos se hicieron cifras que se fecundaban.
Los números parían.
Las ciudades eran miles,
millones, el trigo centenares de unidades
que adentro tenían otros números pequeños,
más pequeños que un grano.
El tiempo se hizo número.
La luz fue numerada
y por más que corrió con el sonido
fue su velocidad un 37.
Nos rodearon los números.
Cerrábamos la puerta, de noche,
fatigados, llegaba un 800,
por debajo,
hasta entrar con nosotros en la cama,
y en el sueño los 4000 y los 77 picándonos
la frente con sus martillos o sus alicates.

Los 5 agregándose hasta entrar en el mar o en el delirio,
hasta que el sol saluda con su cero
y nos vamos corriendo a la oficina,
al taller, a la fábrica,
a comenzar de nuevo el infinito número 1 de cada día.
Tuvimos, hombre,
tiempo para que nuestra sed fuera saciándose,
el ancestral deseo de
enumerar las cosas y sumarlas,
de reducirlas hasta hacerlas polvo,
arenales de números.
Fuimos empapelando el mundo con números y nombres,
pero las cosas existían,
se fugaban del número,
enloquecían en sus cantidades,
se evaporaban dejando su olor
o su recuerdo y quedaban los números vacíos.
Por eso, para ti quiero las cosas.
Los números que se vayan a la cárcel,
que se muevan en columnas cerradas procreando
hasta darnos la suma de la totalidad de infinito.
Para ti sólo quiero
que aquellos números del camino
te defiendan y que tú los defiendas.
La cifra semanal de tu salario
se desarrolle hasta cubrir tu pecho.
Y del número 2 en que se enlazan
tu cuerpo y el de la mujer amada
salgan los ojos pares de tus hijos
a contar otra vez las antiguas estrellas.
Y las innumerables espigas
que llenarán la tierra transformada.

Matemáticas y poesía son resultado de la imaginación de sus creadores: científicos y poetas. Esto equivale al desfase interior de los segundos y a una productiva percepción de los primeros. Matemáticas y poesía se concretan en forma y expresión; ambas se formulan en el anhelo constante de los seres humanos en explicar y comunicar todo cuanto nos rodea.

Mario Benedetti, «CONJUNTOS»

Cada cuerpo tiene su armonía
y su des-armonía.
En algunos casos la suma
de armonías puede ser casi empalagosa.
En otros el conjunto de
des-armonías produce algo mejor que la belleza.

Sobre el tema de la conexión existente entre las Matemáticas y la Poesía nuestro poeta nacional José Martí, aseveró:

«La imaginación tiene en la construcción de las matemáticas tanta parte como en las concepciones dolorosas y lumíneas de la poesía.”

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